miércoles, 30 de junio de 2010

Correr II

Hoy el médico me dijo que ya puedo volver a andar en bicicleta. Hacer natación, es otra opción. Ahora depende solo de mí.

martes, 29 de junio de 2010

Correr

Correr siempre me hizo bien.

En mi niñez, nómade por herencia, hubo siempre un mecanismo de integración con los otros. El deporte, la destreza física, fue infalible para encajar. Nunca fui el más rápido, ni el más hablidoso. El más de nada.

Mi mejor arma, fue y es, la adaptabilidad.

Mi vieja me decía: - Es bueno que aprendas un poco de cada deporte, así podes jugar con todos. Su visión era buena, pero tenía huecos, fallas. El saber un poco de todo, me dejaba sólo conocer la superficie de algo, nunca llegar al fondo de la cuestiones.

Hoy, por lo general, no logro conectarme profundamente con otras personas.

De lo bueno de conocer varios lugares, lo malo de siempre tener q irse. Eso, también me hacía estar seguro de que no debía encariñarme demasiado. Ni desempacar del todo. Ergo, nunca ser completamente Yo. Ante nadie. Y eso genera vicios.

Yo no vivo para actuar, actúo para vivir.

El extraño, el nuevo, sobretodo para las chicas, es muy seductor. Lo supe de entrada, y lo exprimí al máximo. Compañeras, vecinas, amigas, hermanas, primas, madres, abuelas. A todas las corrí. Un caballero. Como contrapartida, me trajo problemas con los varones. Pero no es difícil tener problemas con nosotros. Si me caés mal, y no das problemas, los genero yo. Tarde o temprano pasa. Pero el deporte, siempre presente, mi credencial para encajar, me dio inmunidad en muchos casos. Y en otros, revancha.

Hoy, ya no viajo. Hace tiempo que ya asenté en un lugar placentero. Pero sin deporte, me aislo. Me vuelvo introspectivamente crítico. Dañino. No descargo, no conecto. No profundamente, ni por mucho tiempo, es como ser nómade por dentro.

Espero mañana me dejen volver a correr. Y darme revancha a mí mismo.

jueves, 24 de junio de 2010

Lavarse

Sufre, piensa y dispara.
Cuando entra tu voz, salen las alimañas.
Y sabes que ya no hay tiempo para correr.

Saldrán a buscar cuellos.
Porque es tu misión, matar con latiguillos.
Y sabes que es tu única arma para poder.

¿Dónde quieres ir?.
Si lo que buscás es pertenecer.
¿Dónde quieres ir?.
El cambio radical será en silencio.

Convertite en un actor.
Cerrá el orto y hacé, y no encontrarás palabras.
Y sabes, serías el primero en responder.

Entonces, ¿Qué decir?.
Ahora hay q probar lo que vendés.
No te puedes ir.
Espero que al final, todo vuelva a ser como hoy.

miércoles, 23 de junio de 2010

Aislamiento provocado Nº 7

En el medio de la congestión de miradas decido parar a un costado.

El ácido y las luces. Y ciertos perfumes, pociones infalibles para callar todo ritmo alrededor. The Clash, y el corazón late. Fuerte. Huecos malditos. Quisiera ser eternidad en ellos. ¿A qué viene la gente acá?. A seguir aturdiéndose, ¿no?. Otra no puede ser.
Pulp Fiction. Y ellas se mueven. Cambia la gravedad. Sexo en el aire. Risas. Letras no aprendidas. Ganas de cojer. Liberación. Belleza. Dureza. Locura. Luz. Oscuridad. Besos. Baile. Melodía. Timidez. Confidencia.

Tal vez pueda soportar todo esto, mil veces por minuto. Y sacurdirme. Porque la masa lo hace.

Festival homogéneo. Y ellas que se ríen. Él que lo soporta. Yo no lo soporto. Unificación. Ritual. Ella con sus transparentes ojos. Y sus pozos al sonreír. Borrachera. Confidencia del ebrio. O de la ebria. Las puertas se abren y dejan el paso libre a la conexión. Pócima. Elixir. Y todos contentos. Algunos siguen, otros pasan.

Él sigue, y ve, escucha y se aísla. Como yo, que estoy afuera de todo.

Ella que es sincera, y le da vergüenza reír. Y las otras, dos arpías. Sigilosas en su envidia aprovechan y critican las sobras de una relación que nace. Él, como ve y escucha, siente. Y el miedo lo supera y necesita respirar. Auxilio!. Aplausos, ja ja ja. La arpía arremete.

Es La Noche. Son esas cosas, ingredientes que la hacen afrodisíaca. Como quisiera una porción para cuando se me antoje.

Él, al que le caben los Piojos y el rock de la Mega, baila con ella un tema de Madonna. Ella que es muy aplicada en su trabajo, y que nunca dejaría que le hagan el orto, (aunque se muere de ganas), no cederá más que su bailar, y va a dejarlo para que vuelva a reunirse con su patético grupo de pescadores, y esperar al nuevo pique.

AL FIN ME SIENTO MÁS ÚTIL Y SINCERO.

Ellas bostezan. Y se quieren ir. Ellos, en cambio, quieren medir su cobardía al extremo. Ese maldito ritual. Otro, de los tantos que da La Noche, se dará por un largo rato. Yo me largo.