jueves, 11 de abril de 2013

El aliento

Pensar que el beso que te daba era el último gusto que sentirías era una fija.
Pensar que el beso que me dabas era el que iba a recibir hasta mi muerte era un cantada.

Pensar que hoy aún siento que no hay mejor boca para tus besos que la mía, ni mejor boca para mis silencios que la tuya.

Pensar que estamos tan lejos de chocar nuestros labios, y aún así siento tu aliento tan nítido.

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