miércoles, 15 de abril de 2009

Cartita

Eran muchas personas, mar de gente llenando ese pasillo de concreto, oscuro, espejado y promiscuo. Nadamos en él acompañados de nuestro cardumen, pero sabíamos que estabamos solos. Solos por dentro, diferentes.

Aleteo mucho, soy un pez rápido, audaz, intrépido. Vos, en cambio, te deslizabas suavemente, generando la ilusión de quietud, de que nada se mueve, excepto vos.
Rozaste mi aura al pasar cerca, y desde ahí no pude dejar de perseguirte.

Y tu mirada dulce, tu aliento dulce, tu voz....ay cuando escuché tu voz.

Todas y cada una de tus formas eran hermosas. Me obligaban a buscarte cada instante. Cortejarte.
Fuimos uno solo cada vez que nos miramos, y al despedirnos, al besarte, fuimos más que la suma de las partes. Fuimos la ecuación perfecta.

Todas tus formas son ahora, hermosas en mi cabeza.
Y cada vez que salgo al mar, te busco.
Cada vez que abro mis branquias, espero sentir tu aliento.
Cada vez que el silencio se apodera de todo, espero que lo rompa tu voz.
Ay...si pudiera escuchar tu voz, otra vez.

No hay comentarios: